POEMAS DEL LIBRO "GLÓBULOS DE BOK"

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Inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual con el Nº de Asiento: 00/2009/3432
Fecha de Divulgación: 10-2008

Los Glóbulos de Bok son pequeñas nubes oscuras, que están compuestas fundamentalmente de gas molecular, pero contienen además tanto polvo que apagan la luz de las estrellas situadas detrás de ellas. La poca agitación térmica que tienen las partículas del centro de los glóbulos hace que su propia fuerza gravitatoria los contraiga, terminando por convertirse en regiones de nacimiento de estrellas. (Tema 7 de la revista “Investigación y Ciencia”: “ La vida de las estrellas”, p. 15).
La experiencia de la autora con alumnos que presentan necesidades educativas especiales le ha hecho reconocer en algunos de ellos verdaderos glóbulos de Bok.


                   
LUCES Y SOMBRAS

Las sombras hablan de todo, de mis corazones y de otras sombras. Ríen carcajadas estridentes, gritan palabras vacías, oyen el eco eterno de sus voces. 

Los corazones huyen despavoridos, se esconden en rincones oscuros de soledad pues el temor inunda la existencia de su barro trabajado con manos inexpertas.

Y yo susurro en sus oídos: no existen las sombras, son cuencos vacíos, imágenes en un espejo, pero sólo eso, imágenes. No lograron conquistar la identidad. Vosotros sois verdad. En la pequeñez lográis la grandeza; en los fallos, la perfección; en la deformidad, vuestra belleza; belleza eterna sin declive que no conjuga el verbo marchitar.

Venid, no os perdáis. Sólo hay un camino. El resto, son falsos algodones -se deshacen al paso firme del caminante-. Venid, os llevaré de la mano. No temáis a la vanidad, mañana se derretirá como la escarcha. El camino es la fe que yo he puesto en vuestras manos -fe en vosotros y en los otros- al desvelaros la única certeza: sois violetas y jazmines (no rosas ni claveles) con aromas de inocencia, de frescura; a veces, amapolas adornadas con la sangre del dolor.

Y yo he pintado una sonrisa en el sendero, con ella lograréis ignorar a las sombras siempre acechantes.


SUEÑO

Grita al viento que eres sueño
con alma de poeta
cuerpo de barro
pensamiento de estrella
y corazón humano
herido y magullado para siempre.

Grita al viento tu verdad
con fuerza, ira, rabia.
Despliega tus alas
y canta tu libertad.

Olvida miserias
desprecia el lodo y el fango
de los pies pegados a la nada.

No te dejes atrapar
mirada azul
sonrisa limpia
garganta clara.

No despiertes nunca,
inocencia maltratada.



                    SONETO A TÍA ÁUREA

                    A guisos y montes suena tu canto,
                    dulce almendra llevas en la mirada
                    que adorna tu faz de surcos grabada
                    con senderos de vida, amor y llanto.

                    En roca tu voz produce quebranto
                    pues de verdades es limpia morada,
                    caricias siembras con la mano ajada
                    por el trabajo que marchita tanto.

                    ¿Cómo pueden burlarse de tu olvido
                    esas almas a las prisas pegadas,
                    cómo apretar tu corazón herido

                    con sus manos vacías y abigarradas,
                    si algún día escucharán el gemido
                    en sus carnes de vejez desgarradas?


                    FEBRERO

                    Febrero, mes de febrero,
                    cuando el germen de ilusiones
                    en lo profundo dormido
                    palpita en los corazones,
                    como gestando la espera
                    como aguardando el acorde
                    que el concierto del trabajo
                    el sudor en goce torne.


                    Febrero, mes de febrero,
                    cuando las heladas noches
                    van muriendo lentamente
                    para que la vida brote
                    con destellos amarillos
                    con las tardes como el cobre
                    con verdades desveladas
                    con sonidos de redoble,
                    con la hora de llegada
                    ya cerca de nuestro monte.


                    En aquel mes de febrero
                    cuando las ansias más nobles
                    en mi pecho iban creciendo
                    casi estallando en colores
                    como artificiales fuegos
                    deseando los exploten,
                    en mi cuerpo desdichado
                    con frío descuido un coche
                    aplastó en un simple instante
                    de un sorprendente golpe
                    blancos y alegres proyectos
                    cual cristales que se rompen.


                    Aquel día de febrero
                    cayó al suelo el barro pobre
                    de alma, carnes y miradas
                    de caricias y de amores.
                    Barro limpio de alfarero:
                    cuando asalten los dolores
                    si tesoros has perdido
                    nunca olvides que las flores
                    de tierra y agua han crecido
                    para que febrero agoste.


EN UN LUGAR SIN NOMBRE

He visitado tu ciudad,
esas arenas movedizas buscando sosiego
aquellos abismos dando culto a la noche
bosques desiertos, colinas fondeando mares
elevados valles, habitantes de un insomnio
infinito.


He visitado tu dolor
clavado en el olvido de una sonrisa
abierta al “tú”, al “yo”, al “te”, al “nosotros”,
inmerso en la ciénaga de la soledad
que no conoce su existencia.


He visitado el terror
de un mundo extraño, amenazante,
cuya presencia separas con la debilidad de tus
brazos.


He visitado el tormento
de tus bellos labios mudos,
la tristeza de ese rostro de cristal.


He visitado la celda
irrespirable de la angustia
que oprime tu garganta,
esa celda lóbrega donde el tiempo
se esfumó entre las rendijas de un amanecer
marchito.


He visitado tu castillo,
gritando, he golpeado
las puertas de mármol negro
que te separan de la vida.
Mas hay un vacío gris suspendido
en las estancias,
barrera entre mi voz y tu identidad perdida.


Por fin
he entonado una suave canción
y nuestras voces se han abrazado
allá, bajo el pequeño sauce
en un lugar sin nombre
en una cálida tarde dorada.

Por fin
he encontrado tu mirada.




LA CIUDAD PERDIDA


Visité
una ciudad de torres
de abismos inconcebibles
de muerte, huida y despecho,
de ilusiones derruidas y masacradas.
Allí
cada alma es una herida abierta,
sumidero de hiel y agua
manantial de vino y sangre
gemido de hondo dolor.

Pisé la tierra baldía
de un lugar remoto, incierto;
caminé como extranjero
recorrí blandos senderos
calles desconocidas
proyectadas hacia el infinito.


Hiel y agua
vino y sangre
hiel amarga
vino turbio
agua escurridiza
sangre... sangre agotada.

Traspasé los ojos
y hallé abundantes miradas
que murmuran en sollozos ahogados
gritos sordos, apagados.
En lo profundo de esas gargantas rotas
rocé la Verdad oscura, incomprendida.
Permanece
en la fragilidad de aquellas
voces quebradas,
laberintos flotantes
de una ciudad de marfil.


EN EL DOLOR

En el dolor nos encontramos,
tú, aurora perdida
yo, manantial de experiencias
gozadas, compartidas y también
muchas veces, lloradas.

El fruto de la primavera
ha crecido entre algodones,
ahora te pide un vuelo inesperado
quiere asomarse al balcón
de la vida
aunque sea un poquito para ver el cielo
otro poco para hallar amigos
y más aún para acallar
al pajarillo que se agita en sus entrañas.

Y sabes que abrirás la ventana
y sabes que entrará el aroma
del amanecer,
con él ilusiones y alegrías
también suspiros y amarguras.

Lo harás
con una sonrisa en los labios
y una lágrima en la mejilla.
Y yo comprenderé tu dolor.


LLUVIA DE ABRIL

¡Qué débil es mi voz!
¡Qué débil su llanto y su agonía!
Es el susurro de la brisa.
Como lluvia fina de abril
penetra tierras ariscas y resecas
en silencio.

También las arenas la beben
la tragan sin respiro
eternamente sedientas.

Sólo en la piedra resbala
en ocasiones orgullosa
de morir
otras muchas, arrepentida.

En tierra, arenales y pedriscos
mi voz desaparece humillada,
tan sólo brilla en la esperanza
en el blanco aroma
de la flor del jazmín.

¡Qué débil es mi voz!
¡Qué débil su llanto y su agonía!
Sólo florece en la brisa de abril
con aquellos pétalos de seda ocultos
coronando tu jardín.


GRITAR EL VERBO SER

Pasa el tiempo,
se escurre entre las calles
se esfuma junto al viento
entre crueles carcajadas
que resuenan como ecos en el vacío.
¿Lo ves? ¿Lo oyes?
Es el rayo y es el trueno.

Pasa el tiempo también en el valle,
se va con la corriente del río
tras nuevos horizontes
para limar aristas
jugar con destellos de colores
perseguir retos inconcebibles.

Caminamos en el bosque,
de día, la niebla
de noche, la sombra de nuestro propio astro.
Abundan gruesos troncos y helechos
marrones, verdes, amarillos.
El reflejo de una vida
empuja nuestros cuerpor
hacia lugares inexistentes.
Mientras ¡escapa el tiempo!
las verdades son enterradas
ahogadas, las injusticias,
no se escucha el dolor.
Y yo
quisiera arrancar mordazas
ligaduras, vendas, presiones,
GRITAR el verbo SER
mas los ruidos metálicos
de innumerables sueños
ebrios de fantasías
apagan mi voz.


REFLEJOS

Oigo música calla,
innumerables gritos sordos
desde el abismo de las diferencias.
Resuenan como ecos en el vacío.
Son reflejos de incomprensión
cual timbales perpetuos
anhelando respuestas.

Son ellos, miradlos.
No inundéis vuestros oídos
en las aguas de la indiferencia.
Llorad al menos por ellos
pues vuestras manos son blandas
escurridizas
y morirán en las naves
sin rumbo
persiguiendo nubes, espejismos,
vientos y corrientes.

Y llegará el día del naufragio
y las voces emergerán.
Será el día del encuentro.


APOCALIPSIS

Desde el horizonte de la VIDA
pude ver un alba rosada
con destellos de rocío
cubriendo los valles,
y en las almas
en senderos equivocados,
bondades ignoradas
bellezas escondidas
tras disfraces
-impuestos unos
adoptados otros-.

Vi la profundidad aplastada
por engañosas decisiones
en los ojos tristes de aquellos
que vagaban sin rumbo
porque creyeron elegir el suyo.

Y mañana llegará la noche
y con ella vendrá la luz
y será tarde para alcanzar
aquello que arrojaron al vacío
innumerables manos escondidas.

Será el día de otras manos,
las que ajaron su piel
con el doloroso don del amor
que abre capullos ocultos
para después recibir humildemente la
MUERTE.


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